Ya han pasado casi veinticuatro años desde que realicé mi primer gran viaje. Con un presupuesto muy escaso pude comprar un billete de Interrail de los que antiguamente permitían recorrer toda Europa en tren a los jóvenes de menos de 26 años. Nuestro recorrido fue muy largo y pudimos visitar algunas zonas de Suiza, los lagos del norte de Italia, Hungría y Yugoslavia. Un año más tarde comenzaron las terribles guerras de Yugoslavia que condujeron a la disolución del país y a la creación de nuevos estados.
Este año me hacía mucha ilusión volver a pasear por algunas de aquellas ciudades croatas que me encantaron, y descubrir algunos lugares que en su momento no pude visitar.
Dubrovnik desde el fuerte de San Lorenzo (Lovrijenac) |
Croacia tiene tantos atractivos que tendréis que dedicar más de dos semanas si queréis conocer todo el país, y eso sin tener en cuenta que podéis hacer incursiones a los países vecinos como Montenegro, Eslovenia o Bosnia Herzegovina.
Si disponéis de unos diez días y queréis centraros en el norte podéis conocer la capital Zagreb, las ciudades de Osijek y Varazdin, la península de Istria con lugares como Rovinj, Porec, Pula, Rijeka o la isla de Krk, visitar la ciudad italiana de Trieste o combinar el viaje con Eslovenia.
Si queréis conocer el sur y no queréis moveros mucho de la costa se puede iniciar el viaje en Dubrovnik, visitar algunas islas como Korçula o Mljet y también realizar excursiones a Montenegro o Bosnia. Después desplazarse a Split y continuar hasta ciudades como Trogir, Sibenik y Zadar, visitar parques nacionales como los de Plitvice, Krka o Plakenica o relajarse en las islas de Hvar, Brac o Vis.
Puerto de Split |
Para poder realizar el clásico viaje recorriendo el país de norte a sur o viceversa, casi no os queda otro remedio que entrar por un aeropuerto y salir por otro. De otra forma no tendréis más remedio que volver a recorrer los casi 600 kilómetros que separan Zagreb de Dubrovnik. Aunque el precio de los vuelos sube un poco, merece la pena para ahorrar en gastos de alojamiento y desplazamientos internos.
Nuestro recorrido quedó así:
Día 1: Vuelo Madrid - Dubrovnik
Día 2: Dubrovnik
Día 3: Dubrovnik - Split
Día 4: Split - Hvar
Día 5: Isla de Hvar
Día 6: Hvar -Split
Día 7: Split - Trogir - Sibenik - Zadar
Día 8: Zadar - Parque nacional de los lagos de Plitvice - Zagreb
Día 9: Vuelo Zagreb- Madrid
Catedral de Santa Anastasia - Zadar |
En algunos países merece la pena realizar todos los desplazamientos en coche de alquiler incluso para los trayectos del aeropuerto a la ciudad, pero en Croacia quizás sea más útil combinar vehículo alquilado y transporte público. El aparcamiento cerca de las ciudades más turísticas como Split o Dubrovnik es prácticamente imposible en temporada alta. Con seguridad también os apetecerá conocer países vecinos como Bosnia o Montenegro, y quizás os sea más rentable contratar excursiones organizadas para esas visitas.
Moverse en tren es útil en algunos trayectos internacionales como las conexiones con Trieste en Italia, Mostar y Sarajevo en Bosnia o Ljubljana en Eslovenia. Para moverse por el interior es mejor el autobús, sobre todo para el trayecto entre Split y Dubrovnik del que os hablaré en próximas entradas.
Toda la costa del país está bordeada por preciosas islas que seguro os apetecerá visitar. Hay varias líneas de barcos pero sin duda la más utilizada es Jadrolinija que tiene muchas conexiones entre islas. Los horarios pueden variar bastante dependiendo de la época del año, por lo que conviene investigar con antelación.
Nuestra opción para movernos fue la de utilizar el transporte público durante la primera parte del recorrido hasta llegar a la ciudad de Split, luego tomar el barco hasta la isla de Hvar, y al volver a Split alquilar un coche hasta finalizar el recorrido en el aeropuerto de Zagreb. Muchas compañías permiten recoger el automóvil en una ciudad y devolverlo en otra pagando un pequeño suplemento.
Parque Nacional de los lagos de Plitvice |
Croacia es un destino turístico con mucha demanda en los meses de verano especialmente en Dubrovnik y Split, por lo que hay que buscar alojamiento con bastante antelación. Aunque hay bastantes hoteles y apartamentos, éstos son escasos para asumir toda la demanda en temporada alta. En Croacia existe la posibilidad de alojarse en casas particulares llamadas "Sobe" que son similares a un bed and breakfast. Algunos de estos alojamientos están situados dentro de los centros históricos a los que no se puede acceder con vehículo, por lo que tenéis que tenerlo en cuenta a la hora de pensar en el equipaje. Si reserváis este tipo de alojamiento tendréis que tener muy clara la dirección o llevar un buen plano porque puede ser complicado encontrarlos, como nos sucedió en Split.
Ópera de Zagreb |
- Aunque Croacia pertenece a la Unión Europea su moneda todavía es la kuna. La tasa de cambio a diciembre de 2014 es de 7,67 kunas por euro, pero normalmente cuando quieren cobrar un euro redondean a 8 kunas.
- La única carretera que une Dubrovnik y Split atraviesa Bosnia-Herzegovina que no pertenece a la Unión Europea, por lo que hay puestos fronterizos y nosotros tuvimos que enseñar el pasaporte. Consultad en fuentes oficiales sobre la documentación que necesitáis en vuestro caso.
- Si sois españoles, la Tarjeta Sanitaria Europea tiene validez en Croacia. Consultad los requisitos y los trámites para obtenerla a través de la web de la Seguridad Social española.
- Aunque Croacia tiene muchos kilómetros de costa no hay demasiadas playas de arena. Os recomiendo llevar zapatillas para poder bañaros en calas de guijarros y rocas. Y por supuesto llevar un buen protector solar.
- En las zonas más turísticas os encontraréis cientos de restaurantes de todas las categorías. Hay muchos establecimientos de comida rápida y pizzerías (quizás demasiados), por lo que siempre encontraréis algo que comer. Los precios ya no son tan baratos.
Espero que estas informaciones os sean útiles y os animen a visitar Croacia pronto. Uno de los mayores atractivos de viajar por nuestra cuenta es la misma organización del viaje adaptándolo a nuestros intereses.
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