jueves, 19 de julio de 2012

Una parada en Vang Vieng

5 junio 2012
Cuando comenzamos a organizar este viaje, el recorrido por Laos era bastante diferente al que finalmente realizamos. Nuestra previsión inicial era visitar también el sur del país, para lo cual necesitaríamos movernos en avión entre tres ciudades pues no disponíamos de mucho tiempo. Después de algunas dificultades con la reserva de vuelos, decidimos centrarnos en la zona norte y realizar los translados en autobús.
La distancia entre Vientiane y Luang Prabang es aproximadamente de 380 kilómetros. Una parte del recorrido atraviesa una zona montañosa por una carretera no demasiado buena, por lo que a veces se llega a tardar más de 10 horas. Casi todos los viajeros realizan una parada intermedia para no cansarse demasiado, algunos se quedan un par de días en Phonsavan para conocer la "llanura de las jarras", pero la mayoría se dirigen a Vang Vieng.

Vang Vieng
Desde Vientiane a Vang Vieng se tardan casi cuatro horas contando las paradas para comer. Hay algunas agencias que realizan el trayecto en minibuses o furgonetas, pero nosotros preferíamos un autobús local en el que solamente viajaban laosianos y que nos costó 40.000 kips por persona (unos 4 euros). El vehículo iba completamente lleno, de hecho durante parte del recorrido me tocó ir sentado en una banqueta de plástico colocada en el pasillo. 
Van Vieng es una pequeña población que empezó a ser visitada por sus preciosos paisajes kársticos similares a los de Guillin en China. Actualmente la principal atracción es el tubing, que consiste en descender el río montados en neumáticos de camión. Durante el recorrido se pueden realizar paradas en diferentes bares para consumir bebida barata y estar de juerga. Las televisiones de los restaurantes emiten series americanas durante toda la tarde, lo que no me parece muy apetecible.

Vang Vieng
Pero se puede visitar Vang Vieng sin participar en ese tipo de turismo, que personalmente no me gusta. Se pueden realizar otras actividades más interesantes como el kayak, ciclismo, senderismo, espeleología o escalada. 
Nosotros  estuvimos alojados en un hotel situado fuera de la zona de marcha y que tenía unas vistas preciosas sobre el río. Pudimos alquilar unas bicicletas por 15.000 kips (un euro y medio) para recorrer la zona y visitar algunas cuevas.

Vang Vieng desde la cueva Tham Chang
La primera cueva que visitamos no estaba lejos del hotel. Paseamos por los alrededores y luego atravesamos las instalaciones del Vang Vieng Resort, en el que hay que pagar una entrada simbólica por cruzar el puente hacia la otra orilla.  
La cueva está en lo alto de un acantilado y hay que subir unos 100 escalones para llegar. La cueva está iluminada pero por si acaso hay que llevar una linterna. Desde una de las cámaras hay una salida hacia el exterior desde la que hay unas buenas vistas del río Nam Song.

Cueva Tham Chang

Arroyo junto a la cueva Tham Chang
Después de la visita os podéis dar un chapuzón en un arroyo con aguas azules en el que solamente hay turistas. Antes de las cinco de la tarde volvimos hacia el hotel y llegamos empapados tras la primera lluvia tropical del viaje. Al día siguiente teníamos preparado una ruta en bicicleta un poco más larga para ver unas cuantas cuevas más. Aprovechamos el restaurante del hotel junto al río para disfrutar de la puesta de sol y relajarnos.

3 comentarios:

  1. Bonitos paisajes, a veces las cosas "muy turísticas" también merecen la pena.

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  2. Viendo y aprendiendo.
    Lo del tubing ese es una manera más de contaminar los lugares guapos.
    Saludos

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  3. Genial entrada Ramon
    no hicisteis Tubing??? yo si , sin hacer el loco y beber etc... y la verdad que fue increible y ves unas vistas alucinantes
    muy buen post de un lugar de cuento
    abrazos

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Gracias por vuestros comentarios