viernes, 20 de mayo de 2011

Llegada a Shangai

28-29 agosto 2002

Cuando decidimos viajar a China, no nos atrevíamos a realizarlo por nuestra cuenta. Los permisos de entrada eran más difíciles de conseguir que en la actualidad, además nos parecía bastante complicado buscar vuelos, encontrar agencias locales para realizar excursiones y realizar reservas en hoteles. Elegimos la agencia Politours, de la que nos habían hablado bien y sinceramente no tuvimos ningún problema con ellos.

Antes de comenzar a contaros el viaje, tengo que comentaros que todavía no tenía cámara digital y las fotos de estas entradas las realicé con una modesta reflex Minolta con un 28-80 que todavía conservo. Ni siquiera revelé las fotos a formato digital, por lo que lo que aquí veis tiene la calidad que un escaneo. Aún así algunas fotos todavía guardan el encanto de esos momentos.



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Muchos circuitos a China comienzan en Beijing y finalizan en Shangai, pero el nuestro fue en sentido contrario. El vuelo con "China Eastern" fue Madrid - Munich - Beijing - Shangai, porque nos obligaban a realizar en Beijing los trámites de entrada al país. En el año 2002 era bastante sencillo tramitar el visado si el viaje se realizaba en grupo, y de ésto se encargó la agencia.


Torre Oriental Pearl TV - Shangai

Llegamos a Shangai bastante agotados después de haber realizado dos escalas que prolongaron demasiado el trayecto. Al llegar nos ofrecieron la posibilidad de contratar maleteros para todo el viaje,  y nos pareció bien pues teníamos tres vuelos internos y nos resolverían muchos problemas. Una vez arreglados estos temas y para irnos acostumbrando al horario, nos ofrecieron un pequeño crucero por el río Huangpu que divide la ciudad en dos mitades. En una orilla está el Bund (o el malecón) con sus edificios de la época colonial, y en la otra Pudong con los rascacielos y la antena de televisión.



Edificios del Bund (Shangai)


Pudong - Shangai


Muchos rascacielos que ahora hay en Pudong no existían en aquella época, todos conocemos la rapidez con la que trabajan los chinos  en la construcción de edificios, y el Skyline de Shangai ha cambiado muchísimo. Ya estábamos casi agotados y por fin nos llevaron al hotel, algo mareados por las primeras cervezas chinas algo calientes. Recordaré esa noche toda la vida, por el inmenso dolor de cabeza que tenía que nos llegó a preocupar seriamente. Por suerte al día siguiente las visitas no comenzarían muy pronto, por lo que logramos descansar bastante.

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