martes, 18 de diciembre de 2012

El terror de los jemeres rojos en Camboya

17 junio 2012
Cuando realizamos un viaje queremos encontrar espacios naturales espectaculares, edificios atractivos, monumentos fantásticos y gente maravillosa con la que relacionarse. Pero hay veces que debemos enfrentarnos a la cara más terrible de la humanidad y visitar lugares donde se muestran las barbaridades que el ser humano puede llegar a cometer. Los campos de exterminio de Choeung Ek y el museo sobre el genocidio Tuol Sleng son dos terribles lugares donde podemos conocer las atrocidades del régimen de Pol Pot y los jemeres rojos.

Entrada al memorial Choeung Ek
Para entender la importancia de estas visitas hay que conocer un poco la historia de Camboya. En el año 1954 finaliza el proceso de independencia de Camboya por lo que deja de ser una colonia francesa. El país comienza a ser gobernado por el príncipe Sihanouk que se muestra contrario al comunismo. A la vez se está desarrollando la guerra de Vietnam y el príncipe manifiesta su oposición a la intervención estadounidense. En 1970 el ministro de defensa Lon Nol traiciona al rey. Mediante un golpe de estado ocupa el poder e instaura una república alineada con los Estados Unidos y en contra de los comunistas vietnamitas. 

Campos de exterminio de Choeung Ek
Las guerrillas comunistas camboyanas se van organizando en la sombra hasta que en 1972 su control pasa a Saloth Sar más conocido como Pol Pot. En abril de 1975 los jemeres rojos entran en Phnom Penh expulsando a las fuerzas militares y a las tropas de Lon Nol. Comienza el "año cero" de la Kampuchea Democrática instaurándose un régimen dictatorial de carácter maoísta. Se pretendía establecer una comunidad exclusivamente agraria en la que los habitantes de las ciudades eran consideraos enemigos. Desaparecen los mercados, los hospitales, las escuelas, el arte, la literatura y cualquier forma de cultura. Durante los tres años del genocidio fueron asesinados más de dos millones de personas, lo que representaba casi la cuarta parte de la población camboyana.
Los dos lugares que visitamos se mantienen como recuerdo de las barbaridades que se cometieron durante el régimen de Pol Pot. La memoria de estos hechos es la única forma de intentar que no vuelvan a producirse.

Restos de huesos encontrados en  Choeung Ek
El centro de genocidio Choeung Ek es uno de los campos de exterminio que establecieron los jemeres rojos. Se encuentra situado a unos quince kilómetros a las afueras de Phnom Penh. Tras adquirir la entrada hay que tomar una audio-guía si queremos comprender lo que estamos viendo.
Una vez dentro hay que recorrer un camino señalado con paradas numeradas. A lo largo de la visita se muestran los lugares donde se realizaban las ejecuciones y las salvajes técnicas que utilizaban. Casi al final nos enseñan las fosas donde eran enterradas las víctimas y donde todavía siguen apareciendo restos de ropa y huesos. 

Fichas de ejecutados en Choeung Ek
En este campo de exterminio fueron ejecutadas más de 9.000 personas y en homenaje a las víctimas fue construida una estupa budista donde se guardan sus cráneos. A través de unas cristaleras se pueden ver los restos ordenados por sexos y edades, algunos de ellos aparecen con roturas debidas a los golpes de azadas y piedras con los que fueron asesinados.

Estupa del memorial Choeung Ek

Cráneos en Choeung Ek.
De nuevo en Phnom Penh se puede realizar la visita al museo sobre el genocidio de Tuol Sleng que es aún más estremecedor. Estos edificios fueron una escuela secundaria de prestigio y durante el genocidio de los jemeres rojos fueron utilizados como la prisión de seguridad S-21. Aquí se encarcelaron a 17.000 personas sospechosas de ser contrarios a los jemeres rojos o de apoyar al régimen estadounidense y vietnamita. 

Museo del genocidio Tuol Sleng
Las aulas del colegio fueron compartimentadas en celdas donde se realizaban espantosas torturas. La pisos altos de algunos edificios eran cubiertas de alambradas para evitar que los presos se escapasen o se suicidasen. Muchos presos eran asesinados aquí o eran enviados al campo de exterminio de Choeung Ek. Se calcula que en las fases más extremas llegaron a ser asesinadas más de 100 personas diarias. 

Celdas de Tuol Sleng

Celdas de Tuol Sleng
Los jemeres rojos llevaban un registro completo de los presos, por lo que eran fotografiados antes y después de las torturas. En varias salas se exponen paneles con miles de fotografías de las víctimas y algunas de ellas son verdaderamente terroríficas pues puede verse el horror en sus miradas. En la etapa final del régimen la locura llegó a extremos inimaginables y fueron asesinados muchos torturadores por otros que iban ocupando su lugar.

Métodos de tortura de los jemeres rojos.

Fotografías de presos en Tuol Sleng
Las salas se suceden con exposiciones de los instrumentos de tortura, las camas oxidadas donde eran encadenados los presos y varias urnas donde se guardan los restos de algunas víctimas. Una de las salas más emotivas para mí fue una pequeña muestra donde se exponen fotografías de presos que de algún modo consiguieron abandonar la carcel Tuol Sleng. En los paneles nos cuentan sus historias esperanzadoras y sus vidas tras el régimen de los jemeres rojos. 

Supervivientes de Tuol Sleng
La visita a estos dos centros es algo bastante desagradable y muchos no estaréis dispuestos a realizarla, pero para mí es algo que hay que conocer para enfrentarnos a la realidad y descubrir la maldad a la que el hombre puede llegar. 

3 comentarios:

  1. Atroz como pocos sitios en el mundo

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  2. La locura y barbarie humana han dejado su huella para siempre en Tuol Sleng, ya no quedan muchos rastros físicos de lo que pasó ahí pero me impactó tremendamente visitar aquel lugar, dos noches sin dormir. Tu lo has dicho, una visita que resulta dasagrable pero que me parece obligatoria para conocer hasta donde podemos llegar y sobre todo para dar su respeto a las personas que pasaron por ahí y agradecer la suerte que tenemos.

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